viernes, 4 de enero de 2013

Vampiros Mitos o Realidad

Las leyendas de vampiros

Las leyendas de vampirismo se basan tanto en temores ancestrales como en hechos reales; uno de esos temores era que los muertos podían volver de su morada si habían sido suicidas o no habían sido enterrados con los ritos acostumbrados.

Estos temores fueron acrecentados por casos de locos necrófilos o por otro tipo de perversiones que implicaba el robo de cadáveres, cosa que proporcionaba a la gente la aparente prueba de que los muertos podían levantarse de sus tumbas.

A esto hay que sumarle el hecho de la existencia de personas que, en efecto, por cuestiones patológicas, tenían la costumbre de beber sangre o de bañarse en ella.

En la edad media, sucesos misteriosos como crímenes en masa o brotes de peste, eran relacionados con vampiros.

A fines de la edad media, la endogamia entre los nobles eslavos provocó desórdenes genéticos que causaban una enfermedad hereditaria llamada eritropoyética que se trata de una anomalía en los pigmentos: el organismo produce en exceso una sustancia relacionada con los glóbulos rojos conocida como protoporfirina. Como consecuencia de esto, la más breve exposición al sol produce un enrojecimiento excesivo en la piel, comezón y grietas sangrantes. Evidentemente quienes la padecían salían sólo de noche y eran víctimas de una repulsión basada en lo supersticioso.

Otro hecho que contribuyó a acrecentar las leyendas fueron los entierros prematuros, debidos principalmente a la catalepsia, al cólera y a la peste; cuando tumbas de personas que habían sido enterradas vivas por error, eran abiertas y se encontraban cadáveres sangrantes y en posición diferente a la que tenían al ser enterrados, el temor de los vampiros aumentaba. Lo mismo pasó con algunos cadáveres que eran encontrados con la piel aún flexible y rosada tras varios días de entierro: Todos estos eran clavados a la tierra con una estaca y luego quemados.

Este tipo de episodios eran difundidos por los viajeros por toda Europa y en muchas ocasiones eran aprovechadas por escritores y poetas, uno de ellos fue Thomas Prest, quien escribió el Best Seller “Varney el vampiro”, esta novela fue un éxito hasta que fue desplazada al olvido por la obra maestra del autor irlandés Bram Stoker: Drácula.

El Origen de los Vampiros


Los vampiros como leyenda tienen su origen en el antiguo folclore eslavo, y se refería a un espectro que salía de su tumba para atacar a personas y alimentarse de su sangre; en los siguientes días la persona atacada comenzaba a palidecer y enfermar hasta que moría; el vampiro por su parte se iba poniendo gordo y reluciente, prácticamente les chupaba la vida.

Entre las medidas que se pueden tomar contra él están: enterrarlo a la tierra con una estaca, atravesando su corazón; decapitarlo de un solo tajo o bien incinerarlo. Si el procedimiento no es llevado a cabo efectivamente, el vampiro regresa.

Es una mala interpretación del folclore eslavo el pensar que son aniquilados con la luz del día, de hecho, pueden andar bajo el sol adoptando la forma animal que deseen.

Desde los tiempos babilónicos hasta nuestros días, los vampiros se han alimentado de nuestros miedos durante cuatro mil años. Todas las civilizaciones han tenido una leyenda relacionada con el vampiro: seres que vuelven de la tumba y se alimentan de la sangre de los vivos.

Las leyendas se arraigan tanto en el temor de que los muertos vuelvan, como en el afán de inmortalidad del hombre, sin dejar de tomar en cuenta una extraña fascinación que el terror provoca entre nosotros.

Sea por lo que sea, el hecho es que hoy en día existen 500 películas y series de relevisión sobre vampiros, libros en prácticamente todos los idiomas, obras de arte y hasta productos publicitarios basados en el vampirismo.

La obra más famosa de vampiros es, sin duda alguna, Drácula de Bram Stoker, pero... ¿Sabías que tanto esta novela, como todas las historias de vampiros, hoy hechas mito, están basadas en la vida real?




                                Las leyendas de vampiros

Las leyendas de vampirismo se basan tanto en temores ancestrales como en hechos reales; uno de esos temores era que los muertos podían volver de su morada si habían sido suicidas o no habían sido enterrados con los ritos acostumbrados.

Estos temores fueron acrecentados por casos de locos necrófilos o por otro tipo de perversiones que implicaba el robo de cadáveres, cosa que proporcionaba a la gente la aparente prueba de que los muertos podían levantarse de sus tumbas.

A esto hay que sumarle el hecho de la existencia de personas que, en efecto, por cuestiones patológicas, tenían la costumbre de beber sangre o de bañarse en ella.


En la edad media, sucesos misteriosos como crímenes en masa o brotes de peste, eran relacionados con vampiros.
A fines de la edad media, la endogamia entre los nobles eslavos provocó desórdenes genéticos que causaban una enfermedad hereditaria llamada eritropoyética que se trata de una anomalía en los pigmentos: el organismo produce en exceso una sustancia relacionada con los glóbulos rojos conocida como protoporfirina. Como consecuencia de esto, la más breve exposición al sol produce un enrojecimiento excesivo en la piel, comezón y grietas sangrantes. Evidentemente quienes la padecían salían sólo de noche y eran víctimas de una repulsión basada en lo supersticioso.

Otro hecho que contribuyó a acrecentar las leyendas fueron los entierros prematuros, debidos principalmente a la catalepsia, al cólera y a la peste; cuando tumbas de personas que habían sido enterradas vivas por error, eran abiertas y se encontraban cadáveres sangrantes y en posición diferente a la que tenían al ser enterrados, el temor de los vampiros aumentaba. Lo mismo pasó con algunos cadáveres que eran encontrados con la piel aún flexible y rosada tras varios días de entierro: Todos estos eran clavados a la tierra con una estaca y luego quemados.

Este tipo de episodios eran difundidos por los viajeros por toda Europa y en muchas ocasiones eran aprovechadas por escritores y poetas, uno de ellos fue Thomas Prest, quien escribió el Best Seller “Varney el vampiro”, esta novela fue un éxito hasta que fue desplazada al olvido por la obra maestra del autor irlandés Bram Stoker: Drácula.



Otros Vampiros

Otros casos de la vida real que han sido causantes de darle vida al mito vampírico son los siguientes:

Fritz Haarmann, conocido como el Vampiro de Hanover fue juzgado en Alemania en 1924 por el asesinato de 24 personas a quienes declaró que había matado de un mordisco en la garganta.

El inglés John Haigh fue ahorcado en 1949 por asesinato, confesó que había matado a nueve personas con el objeto de beber su sangre. Se le conoció como el Vampiro de Londres
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